Tómame en la suave briza de verano, y en el escarchado y
crudo invierno. Tómame cuando el sol se levante por la mañana y cuando se vaya
a dormir en la profundidad. Tómame sin restricciones ni ataduras. Tómame cuando
tengas miedo a la oscuridad. Tómame en el misterio de la penumbra y en la
verdad de la luz. Tómame en la serenidad y en la locura, en lo planificado y en espontaneidad. Tómame en tus sueños y en tus anhelos, o cuando no haya nada más.
Tómame en regocijante alegría y en la miseria sin piedad. Tómame en un lamento
desconsolado, en un sollozo, en tu llorar. Tómame en la nostalgia del pasado y
en la angustia del porvenir. Tómame entre caricias colonizadoras, entre el
pudor y la ansiedad. Tómame en el café del despertar y en los suspiros al
dormir. Tómame en el agua de la lluvia y en el olor de la tierra con humedad.
Tómame cuando florecen los aromos y en la tibieza primaveral. Tómame como a una
canción vieja de esas que no quieres olvidar. Tómame en los segundos, en los
minutos, y en las horas. Tómame por lo que fui, por lo que soy, y por lo que
seré. Tómame hoy, mañana, pero no ayer.
Cuando me encuentres, tómame tal cual.
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