Me ha estado rondando la cabeza una palabra estos últimos días. Valentía. Qué significa?
Según la real academia española es la acción material o inmaterial esforzada y vigorosa que parece exceder a las fuerzas naturales. En palabras más sencillas un acto mediante el cual se rompen las barreras de lo normal con gran esfuerzo.
Seamos sinceros, la rae no está siempre en la razón.
Significante y significado, he ahí el debate.
Nuestro lenguaje como la vida misma es tan subjetivo, y hoy me siento particularmente subjetiva, por lo tanto, hoy tendrán mi parecer, y nada más que mi parecer.
La valentía no me hace sentido como un acto de coraje extremo, ni como la falta de miedo ante los obstáculos o las adversidades. Cuando hablo de valentía, hablo de la capacidad del ser humano de estar aterrado frente a una determinada situación, y ser capaz, contra todo pronóstico, de luchar contra uno mismo, y seguir adelante, con la mirada fija en el objetivo, con la convicción de alcanzar lo que uno más desea.
En la vida nos enfrentamos a innumerables eventos que nos hielan la sangre, nos erizan cada pelo del cuerpo, y nos detienen hasta la respiración. El miedo al futuro, el miedo a fracasar, a estar solo. La valentía es ese acto único en su especie, que triunfa entre el miedo, ese que sigue latente, pero que se debe superar, o aprender a sobrellevarse.
Todos tenemos miedo, de eso no tengo ninguna duda, pero arriesgarse, dar el paso, la zancada, el salto, o lo que sea, es lo que determina la valentía o la falta de ella.
Un deseo para hoy? Ser valiente cuando la vida más me lo dificulte.
Y usted, que está leyendo esto, ha tenido un verdadero acto de valentía? Si es así, entonces la vida es suya.