jueves, 1 de marzo de 2012

Opaco velo.

En una de esas calurosas tardes que caracterizan esta época del año, cuando el sol comienza a caer, y me da por mirar a través de la ventana a observar los colores mutar de los cálidos naranja a los fríos rosas y purpuras,  y deleitarme con el ocaso que tan a gusto me hace sentir, me di cuenta, mientras una suave y fresca brisa movía el visillo delante de mi bloqueando parte de mi visión, que así es como me muestro al mundo, con un opaco velo, donde puedan divisarme, mas no verme.
Y es que tengo miedo, pero no a que me rechacen, ni a no encajar, ni a ninguna de esas cosas, sé que hay un lugar para mí en el mundo aunque me cueste encontrarlo. Tengo miedo del dolor, al abandono, a que alguien haga a un lado ese velo, me vea, me mire, se acerque, y se vaya. No es una pared, no estoy a la defensiva, no soy impenetrable, no. Frágil, herida, pero con esperanzas, lo que resulta ser lo mas peligroso, esa si soy yo.

No quiero seguir teniendo miedo.

0 comentarios:

Publicar un comentario